Balance de situación: Qué es y cómo interpretarlo

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El resumen de todo. El diagnóstico integral, en una primera etapa. Muchos dicen que el balance de situación de una empresa es como su radiografía, pues es la base desde la que se puede ver, muy superficialmente, el estado de la empresa, al reunir a todos sus activos y pasivos. Además, el balance de situación es un documento legal, por lo que muy probablemente puedas consultar aquellos de las empresas en las que desees hacer tus inversiones.

Pero, antes que nada, ten en cuenta que los balances contables son documentos que pueden ser largos y proporcionan dan datos muy precisos. En este artículo, te mostraremos cómo se componen y a qué datos debes estar atento para hacer tus interpretaciones y que así, tomes las mejores decisiones. ¡Acompáñanos!

¿Qué es y cómo se compone el balance de situación?

También conocido como balance contable, el balance de situación es el informe financiero que refleja cuál es el momento económico en el que se encuentra una empresa determinada, al recoger todos los activos y pasivos que tiene, además de determinar el patrimonio neto durante un ciclo contable. Al mostrar todo lo que tiene, debe y obtiene la empresa, es posible hacerse una idea clara de cuál es su situación financiera. 

El balance de situación tiene muchos matices, pero en esencia, es un informe detallado de los activos y los pasivos, sean corrientes o no corrientes. Para muchos, el patrimonio neto vendría ser una especie de resultado, al obtenerse de la resta entre activos y pasivos. Esta cifra es la que demuestra, realmente, qué es lo que tiene la empresa como patrimonio al final de un ciclo contable, por lo que es muy importante conocerla antes de invertir.

En cualquier caso, al ver el balance de situación puedes ir de lo macro a lo micro, o al revés. En él podrás fijarte en cada activo o pasivo que tenga, o simplemente podrás hacer un repaso general y sumarlo en tu análisis para invertir. ¡No olvides tenerlo en cuenta!

¿Qué son los activos corrientes y no corrientes?

El primer paso para hacer un balance de situación tiene que ver con los activos. Normalmente situado al lado izquierdo del balance, los activos son todos aquellos bienes e inversiones que posee la empresa, no importa el tipo. Entre ellos, se clasifican dos tipos de manera clara: los activos corrientes, y los no corrientes.

Los activos no corrientes son todos aquellos bienes que la empresa tiene, que se mantienen en propiedad de la empresa durante más de un año o lo que dure el ciclo contable, y que durante ese periodo no se han vendido o han sido parte de alguna transacción. 

Uno de los ejemplos más comunes de activos no corrientes son las oficinas, los bienes inmuebles en general, flotas de transporte, entre otros. Para tasar estos bienes, es necesario tener en cuenta el valor comercial determinado por los organismos públicos, o de haber una compra reciente, pueden ser usados los valores de compra. También, entre los activos fijos, podrían incluirse patentes o inversiones a largo plazo.

Posteriormente, el balance incluye a los activos corrientes. Estos suelen ser, principalmente, activos que se pueden transformar en dinero muy rápidamente. Para la mayoría de las empresas, los activos corrientes están constituidos por el dinero que hay en las cuentas bancarias de la compañía, así como lo que hay en caja. También, los activos corrientes incluyen los productos del inventario, listos para la venta. A ello se suma el dinero que le deben a la empresa, generalmente de productos o servicios ya vendidos.

¿Y qué hay de los pasivos corrientes y no corrientes?

A la derecha de nuestro balance estarán los pasivos. Se tratan de todas las obligaciones de pago que tiene la empresa. En ellos se incluyen las deudas contraídas, los préstamos, las facturas por pagar, tributos, adelantos, entre muchos otros. Aquí tienes que tener especial atención, porque los pasivos suelen decir mucho sobre la situación económica actual de la empresa.

Al igual que pasa con los activos, los pasivos también se dividen en corrientes y no corrientes. Los pasivos no corrientes tienen en cuenta todas las deudas a largo plazo, como préstamos a varios años o documentos por pagar en cuotas. Por otra parte, los pasivos corrientes son los préstamos cortos y diferentes obligaciones bancarias, los pagos por adelantado de clientes y proveedores, los impuestos mensuales y anuales, así como las prestaciones y los beneficios laborales a los que los trabajadores pueden recurrir. 

¿Cómo se determina el patrimonio?

Es común que el patrimonio se coloque al comienzo de la columna de los pasivos, aunque muchos lo ven como la parte final de todo este proceso de balance de situación. Pero no te confundas, el patrimonio neto es el excedente de activos que le queda a una empresa una vez se le restan todos los pasivos. 

Sin embargo, es muy importante desglosar el patrimonio, para entender de qué se trata todo ese margen positivo que le queda a los accionistas de la empresa. Si quieres comprar acciones, añade esto a tu análisis.

En el patrimonio está el capital, que no es más que las inversiones que han realizado los accionistas en la empresa. Esta es una aportación, por lo que debes ver en dónde están invirtiendo. Pero, además, hay ganancias que tienen los accionistas y que reinvierten en la compañía. Todas ellas también forman parte de esta lista. 

La otra parte muy importante que debes conocer en el patrimonio es en lo que respecta a los beneficios, del ciclo anterior, que se incluyen en esta categoría. Sumado a eso, la ley establece que debe dejarse una parte del beneficio como reserva. Entonces, ahora te toca a ti. ¿La mayor parte del patrimonio de la empresa en la que quieres invertir, es reserva? ¿O es capital reinvertido? si se financia solamente con deuda, ¿cómo afectará eso al futuro de la empresa?

¿Qué es el goodwill o fondo de comercio?

Vale, el patrimonio es la diferencia entre los activos y los pasivos. Eso es lo que le queda a la empresa, ¿no? Pues, no todo es tan simple, porque no todo se puede comprar -y calcular- con dinero. Aquí es donde entra el fondo de comercio o goodwill, que está compuesto por todos aquellos activos intangibles de una empresa que pueden generar beneficios extraordinarios. Aquí es donde entran en juego factores como la ubicación, la clientela, el alcance, la posición entre las empresas del sector, o la confianza, entre otras cosas.

Pero, aunque todo suena muy poco algebraico, hay formas de llevar todos estos elementos inmateriales a los números. La más sencilla es ver al fondo de comercio como la diferencia entre el precio de venta de una empresa y su patrimonio neto, pero no siempre hay una venta en el horizonte. Por eso, existen métodos de cálculo que incluyen a los años de servicio, con las ganancias obtenidas en ellos. 

En cualquier caso, en tu análisis, no te quedes solo con el patrimonio neto y ahonda más en el fondo de comercio. Y tampoco te quedes solo en las cifras del fondo de comercio, sino en los elementos intangibles que lo componen: el mercado no es solo números, y estudiarlo será lo mejor para tu inversión.

Tesorería y relación con flujo de caja

Dinero que sale y entra. Dinero que se cuenta. La tesorería en las empresas abarca, simplemente, a todo aquel dinero del que dispone en las cuentas bancarias para su operativa diaria, adquisiciones y demás. Principalmente, este se encuentra en caja y en las cuentas bancarias. Esto es un dato que está en permanente movimiento, y por eso está el flujo de caja, que no es más que las comparaciones entre cobros y pagos en un determinado periodo.

Entonces, ¿por qué tener en cuenta a la tesorería y al flujo de caja? En general, estos datos podrás verlos en activos corrientes, pero el flujo de caja podrá mostrarte cierto balance para que comprendas los ingresos y egresos, y especialmente, la posibilidad que tiene una empresa de hacer operaciones e inversiones rápidamente. Eso se suele valorar mucho en los mercados, y podría ser un buen indicador para tu inversión. 

¿Cómo interpretar el balance de situación de una empresa?

A lo largo de este artículo, te he explicado con detalle cada elemento del balance de situación, y por qué debes interpretarlo de diferentes maneras y no como un resultado único. Así que podemos resumirlo en unos cuantos puntos:

Liquidez

Como sucede con la mayoría de indicadores económicos, el análisis dependerá del sector al que pertenecen y sus características particulares. Sin embargo, en el balance de situación puedes encontrar pistas importantes para ver la liquidez de una empresa. En esos casos, puedes restarle el pasivo corriente al activo corriente para obtener el fondo de maniobra. 

Activo corriente – Pasivo corriente = Fondo de maniobra

Así, podrás ver si el inventario y el dinero que tiene la empresa de forma inmediata es superior a las deudas y gastos que debe ejecutar. Mientras mayor diferencia haya entre ambos, mayor será la liquidez. 

Analiza el fondo de maniobra

No pierdas de vista al fondo de maniobra. Hay, principalmente, tres posibles resultados que te hacen ver su utilidad en el corto plazo. Si el fondo de maniobra es superior a cero, es el mejor escenario para la liquidez. También se presentan escenarios donde el fondo de maniobra sea igual a cero, lo que comienza a apuntar que no hay forma de solventar emergencias en corto plazo. Si hay un fondo negativo, no hay liquidez y conlleva una suspensión de pagos, pero eso puede deberse a pagos acumulados, impuestos altos, deudas saldadas, entre otros. Todo depende de las características de la empresa que analices.

Autonomía en pasivos no corrientes

Tampoco dejes de lado los pasivos no corrientes. Una empresa puede haber apostado fuerte en un sector, pero a consecuencia de una gran deuda a largo plazo. Puede que sea común, e incluso, puede que sea inteligente, pero te tocará a ti, por medio de tu análisis y comparación con el patrimonio neto, determinarlo. Generalmente, unos pasivos no corrientes bajos permiten asomar una autonomía empresarial a largo plazo.

Patrimonios netos y comparación

No todos los patrimonios netos son iguales. ¿La empresa que analizas tiene un patrimonio neto altísimo? ¡Genial! Eso es una excelente señal, pero no te quedes ahí. Como ya te hemos indicado, hay sectores con patrimonios netos escasos y aún así, son sumamente atractivos para invertir. Sin embargo, presentar un patrimonio neto negativo tras un año entero es una señal alarmante de una quiebra venidera. 

Conclusión

¿El balance de situación te parece un enredo? No te desesperes. En verdad, es un documento con una estructura sencilla de comprender, pero con tantos datos que hay que mirarlos con lupa y paciencia. Invertir siempre es inteligente, y por eso, revisar con detenimiento el balance contable y analizar sus partes con esmero te puede permitir tomar la mejor decisión. ¿Te atreves?

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